El agua que utilizamos diariamente tiene, ciertamente, un ciclo de vida bastante extendido. Desde su origen en nacimientos en las montañas hasta su llegada a nuestros hogares, un sinfín de situaciones -algunas naturales, otras artificiales- hacen que obtenga diversas características y con ello cualidades.
Hoy en específico queremos contarte sobre un tipo de agua que seguro ves diariamente, pero que quizá no sabías su nombre: las aguas grises.
Estas son normalmente almacenadas en Cisternas industriales.
Este término se usa para designar a aquellas aguas alteradas por procesos domésticos y posteriormente que salen por los desagües de lavabos, lavaderos, regaderas, tinas, lavadoras… En fin, aguas que fueron utilizadas para lavar o limpiar y que adquieren este característico tono como resultado del proceso.
Una peculiaridad de estas aguas es que, a diferencia de las aguas negras (que son resultado de la mezcla con desechos del baño), después de un pequeño tratamiento purificador pueden ser reutilizadas de muchas formas, especialmente en tareas que requieren agua relativamente limpia pero no de óptima calidad, tales como riego de jardines, limpieza de exteriores y relleno de tanques de baños.
Para obtenerlas basta con contar con un sencillo sistema que dirija las aguas usadas a un espacio para su recuperación.
Usalmente se usan los tanques de almacenamiento para guardar el agua.
Dado que la calidad del agua gris no es considerablemente menor, recuperarla y readaptarla es una tarea muy fácil que puede llevarse a cabo por medio de filtración o fitodepuración.
En general, darle uso a las aguas grises significa aprovechar mejor los recursos, pues se da mayor vida a un líquido que generalmente dejamos ir sin mayor importancia.
Cotiza aquí cisternas industriales para almacenamiento de aguas grises.