La huella hídrica es un indicador que define el volumen total de agua dulce usado para producir los servicios y bienes producidos por una empresa, o consumidos por una comunidad o individuo.
Mide en el volumen de agua evaporada, consumida o contaminada a lo largo de la cadena de suministro, ya sea por comunidades y unidad de tiempo para individuos o por unidad producida para una empresa.
Se puede calcular para cualquier grupo definido de consumidores (por ejemplo, individuos, pueblos, familias, ciudades, naciones, etc.) o productores (por ejemplo, empresas privadas y organismos públicos, o el sector económico).
Componentes de la huella hídrica:
El total de la huella hídrica de un producto o individuo se descompone en tres elementos:
- Azul: Es el volumen de agua dulce extraída de un cuerpo de agua superficial o subterránea y que es evaporada en el proceso productivo o incorporada en un producto.
- Verde: Es el volumen de agua de precipitación que es incorporada en un producto o evaporada en el proceso productivo.
- Gris: Es el volumen de agua contaminada, que puede ser cuantificada como el volumen de agua requerida para diluir los contaminantes hasta que la calidad del agua esté sobre los estándares aceptables.
Entre las utilidades de la huella hídrica destacan:
- Cuantificar la magnitud de la cantidad de agua utilizada y riesgos potenciales a los que se enfrenta un sistema productivo.
- Para generar conciencia de cómo y dónde se utiliza el recurso hídrico.
- Para tomar mejores decisiones sobre cómo gestionar procesos y manejar el recurso hídrico.
- Participación en políticas nacionales y locales de sostenibilidad ambiental y productiva.
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