Con la finalidad de mantener el agua limpia y evitar que se acumulen elementos nocivos para la salud en ella, toda piscina debe contar con un sistema de filtración, mismo que debe activarse por lo menos una vez al día y que se compone principalmente del filtro en sí, de un skimmer, un sumidero y una bomba que se encarga de que el agua se desplace y pueda separarse de todo aquello que no queremos que nade con nosotros, como algas, bacterias, basuras y similares.
Para que comprendas aún mejor por qué es tan importante contar con un filtro, te invitamos a conocer cómo funciona el sistema de filtración:
- Se activa la bomba, que mediante electricidad hace girar una turbina que aspira el agua de la piscina a través del skimmer y del sumidero, que retienen gran parte de las basuras acumuladas.
- Por medio de una serie de tuberías, el agua llega a la cámara de vacío, ubicada en la bomba y de ahí procede a un tanque o depósito que contiene material especial para filtrar el líquido (generalmente tiene arena de sílex). Las impurezas retenidas se quedan en el lecho filtrante.
- El agua regresa al sistema de tuberías, en donde pasa por la válvula multivía, en donde una parte del agua se va al desagüe y la otra al calefactor (en caso de estar presente), en donde se colocará a temperaturas agradables para su uso.
- Finalmente, el agua pasará por el clorinador, en donde se le dotará de clorina y regresará a la piscina, completando el proceso.
Es importante tomar en cuenta que para que el sistema haga su trabajo correctamente es necesario que cuente con la capacidad adecuada para el tamaño de la alberca, de mantenimiento regular para retirar residuos del proceso y corregir cualquier desperfecto y de la adición de una cantidad correcta de agentes descontaminantes que le darán mayor calidad al agua.
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