Perspectiva econímica 2024
México es una de las economías más importantes de América Latina y del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 1.3 billones de dólares en 2021.
El país ha mostrado una capacidad de recuperación frente a los efectos de la pandemia de Covid-19, que provocó una contracción de 8.5% en 2020.
Para 2021, se espera un crecimiento de 6.2%, impulsado por la demanda externa, el avance de la vacunación y el apoyo fiscal y monetario3.
Sin embargo, también enfrenta desafíos como la incertidumbre política, la debilidad de la inversión, la pobreza y la desigualdad, la inseguridad y la corrupción, y los riesgos sanitarios y ambientales.
En este contexto, ¿cuál es la perspectiva económica de México para el 2024? ¿Qué sectores tendrán un mayor dinamismo y oportunidades de desarrollo?
A continuación, se presentan algunos escenarios y proyecciones para cuatro industrias clave: la construcción, la agroindustria, la farmacéutica y química, y la manufacturera.
Construcción
La perspectiva económica de la industria de la construcción en México ha estado en un proceso de recuperación desde principios de 2021, después de registrar una caída de 17.2% en 2020.
Sin embargo, los factores externos, como la inflación y la escasez de insumos, han retrasado el ritmo de crecimiento.
Según un reporte de Procore, el 40% de las empresas de construcción en México se beneficiaron del nearshoring, o relocalización de empresas provenientes de Asia.
Esto generó un crecimiento en el sector industrial y comercial6. Por otro lado, el gobierno federal ha impulsado el desarrollo de diferentes proyectos emblemáticos de construcción, tales como el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles o la refinería Dos Bocas.
A estas megaconstrucciones se agregan proyectos de construcción y/o remodelación en terminales portuarias que, se estima, estarán concluidos para finales de 2024.
Se espera que la industria de la construcción se consolide en 2024, con un crecimiento de entre 3 y 5%, según la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). Esto se debe a una serie de factores, incluyendo:
El crecimiento de la economía mexicana: La CMIC estima que la industria de la construcción crecerá un 6% en 2023, impulsado por la recuperación económica y la inversión pública.
La inversión pública en proyectos de infraestructura: Dentro del plan de gastos para el año 2023, el gobierno ha propuesto asignar 766,000 millones de pesos a programas y proyectos de inversión, lo cual representa un incremento del 23% respecto a la cantidad aprobada en 2022.
De este monto total, 143,000 millones de pesos están destinados al proyecto del Tren Maya, con un presupuesto de 200,000 millones de pesos, para el cual la mayoría de los contratos ya han sido adjudicados.
La adopción de tecnología por parte de las empresas de construcción: La adquisición y aplicación de tecnología se han vuelto esenciales en el contexto actual de los esquemas financieros en México, siendo una propuesta clave en la optimización de operaciones.
En este sentido, se prevé un mayor uso de herramientas como la robótica, la inteligencia artificial, el análisis de datos, la impresión 3D, la realidad aumentada y el internet de las cosas.
Agroindustria
La agroindustria es la cadena de valor agroindustrial de mayor importancia en México dada su relevancia económica, social y ambiental.
La actividad primaria de producción agrícola, pecuaria y pesquera, su transformación en los procesos industriales y la comercialización de sus productos, subproductos y derivados, genera una gran cantidad de empleos, divisas y alimentos.
Según el último dato disponible, el PIB agroindustrial de México en el tercer trimestre de 2022, anualizado, fue de 2 billones 89,900 millones de pesos, un aumento de 3.9% respecto al mismo periodo del año anterior.
La perspectiva económica de la agroindustria para el 2024 es positiva, ya que se espera que se mantenga el dinamismo de la demanda interna y externa, así como el apoyo gubernamental a través de programas y proyectos de inversión.
Algunos de los factores que impulsarán el desarrollo del sector son:
El aprovechamiento de los tratados comerciales: México cuenta con una red de 13 tratados comerciales con 50 países, que le dan acceso preferencial a mercados clave como Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, China y Japón.
Esto representa una ventaja competitiva para la agroindustria mexicana, que podrá diversificar y ampliar sus exportaciones de productos como el aguacate, el tomate, las berries, el chile, el maíz, el trigo, la carne, el huevo, la leche, el azúcar y el tequila.
El fortalecimiento de la producción sustentable:
La agroindustria mexicana enfrenta el reto de adaptarse a los efectos del cambio climático, así como de cumplir con los estándares ambientales y sociales cada vez más exigentes por los consumidores y los socios comerciales.
Para ello, se requiere de una mayor inversión en tecnología, innovación, capacitación y certificación, que permita mejorar la productividad, la calidad y la trazabilidad de los productos agroindustriales.
En este sentido, se destaca el programa “Agrovita”, un proyecto a tres años (2021-2024) destinado a implementar prácticas de agricultura regenerativa en 12,000 hectáreas en los estados de Tabasco y Chiapas.
El fomento a la inclusión y el desarrollo rural: La agroindustria mexicana tiene un gran potencial para generar empleo, ingreso y bienestar para la población rural, especialmente para los pequeños y medianos productores, que representan el 80% del total. Para ello, se requiere de una mayor coordinación entre los actores públicos y privados, así como de una mayor inversión en infraestructura, financiamiento, asistencia técnica, capacitación y organización.
En este sentido, se destaca el programa “Sembrando Vida”, que busca reforestar 1 millón de hectáreas con árboles frutales y maderables, beneficiando a 400,000 familias campesinas.
Farmacéutica y química
La industria farmacéutica y química en México es una de las más importantes y dinámicas del país, tanto por su contribución al PIB como al comercio internacional. La producción de medicamentos, productos químicos, cosméticos, plásticos, pinturas, fertilizantes y otros insumos, genera una gran cantidad de empleos, divisas e innovación.
Según el último dato disponible, el PIB farmacéutico y químico de México en el tercer trimestre de 2022, anualizado, fue de 1 billón 49,500 millones de pesos, un aumento de 6.5% respecto al mismo periodo del año anterior.
La perspectiva de la industria farmacéutica y química para el 2024 es favorable, ya que se espera que se mantenga la demanda interna y externa, así como el apoyo gubernamental a través de programas y proyectos de inversión.
Algunos de los factores que impulsarán el crecimiento del sector son:
El papel estratégico frente a la pandemia: La industria farmacéutica y química ha jugado un papel clave en el combate a la pandemia de Covid-19, al proveer medicamentos, vacunas, pruebas, equipos de protección y otros insumos esenciales.
México ha participado activamente en el desarrollo, producción y distribución de vacunas contra el coronavirus, tanto a nivel nacional como regional.
Se estima que, para finales de 2022, México habrá producido más de 200 millones de dosis de vacunas, de las cuales el 70% se destinarán a la exportación.
El desarrollo de la industria 4.0:
La industria farmacéutica y química en México muestra interés en la llamada industria 4.0, es decir aquella que incluye en sus procesos productivos elementos de la digitalización, la automatización, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el big data y la nube.
Estas tecnologías permiten mejorar la eficiencia, la calidad, la seguridad, la trazabilidad y la personalización de los productos farmacéuticos y químicos.
Según un estudio de la consultora PwC, el 80% de las empresas del sector en México planean invertir en tecnología 4.0 en los próximos tres años.
El impulso a la investigación y el desarrollo: La industria farmacéutica y química en México tiene un gran potencial para generar innovación y conocimiento, tanto en el ámbito académico como empresarial.
Sin embargo, también enfrenta retos como la falta de financiamiento, la escasez de talento, la baja protección de la propiedad intelectual y la poca vinculación entre los actores del ecosistema. Para superar estos obstáculos, se requiere de una mayor inversión pública y privada en investigación y desarrollo (I+D), así como de una mayor colaboración entre universidades, centros de investigación, empresas y gobierno.
En este sentido, se destaca el proyecto “Farma 4.0”, una iniciativa conjunta entre el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam), que busca impulsar la I+D en el sector farmacéutico, con una inversión de 500 millones de pesos.
Manufacturera
La industria manufacturera en México tiene una perpectiva económica de las más competitivas y diversificadas del mundo, con una amplia gama de productos que van desde la electrónica, la automotriz, la aeroespacial, la metalmecánica, la textil, la alimentaria, la mueblera, la cervecera y la del calzado.
La producción de bienes manufacturados, así como su exportación e importación, genera una gran cantidad de empleos, divisas y valor agregado.
Según el último dato disponible, el PIB manufacturero de México en el tercer trimestre de 2022, anualizado, fue de 5 billones 279,100 millones de pesos, un aumento de 9.1% respecto al mismo periodo del año anterior.
La perspectiva de la industria manufacturera para el 2024 es optimista, ya que se espera que se mantenga el liderazgo exportador, así como el apoyo gubernamental a través de programas y proyectos de inversión.
Algunos de los factores que impulsarán el desarrollo del sector son:
El aprovechamiento del T-MEC: El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entró en vigor el 1 de julio de 2020, con el objetivo de fortalecer la integración económica y comercial de la región de América del Norte.
El T-MEC representa una oportunidad para la industria manufacturera mexicana, que podrá acceder a un mercado de más de 490 millones de consumidores, con un PIB conjunto de más de 26 billones de dólares.
El T-MEC también implica nuevos retos, como el cumplimiento de las reglas de origen, los estándares laborales y ambientales, y la competencia con otros países.
El impulso a la innovación y el desarrollo:
La industria manufacturera en México tiene un gran potencial para generar innovación y desarrollo, tanto en el ámbito académico como empresarial.
Sin embargo, también enfrenta retos como la falta de financiamiento, la escasez de talento, la baja protección de la propiedad intelectual y la poca vinculación entre los actores del ecosistema.
Para superar estos obstáculos, se requiere de una mayor inversión pública y privada en investigación y desarrollo (I+D), así como de una mayor colaboración entre universidades, centros de investigación, empresas y gobierno.
En este sentido, se destaca el proyecto “Innovación 4.0”, una iniciativa conjunta entre el Conacyt y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), que busca impulsar la I+D en el sector manufacturero, con una inversión de 1,000 millones de pesos.
Inversión Inteligente: Asegurando el Futuro Económico:
La clave para capitalizar estas oportunidades radica en una inversión inteligente y estratégica. Aquellos que tomen decisiones audaces y ágiles encontrarán un terreno fértil para el crecimiento y la rentabilidad.
La diversificación de carteras, la identificación de nichos de mercado y la colaboración con socios locales e internacionales serán fundamentales en este proceso.
Desafíos y Mitigación:
A pesar del panorama alentador, es esencial abordar los posibles desafíos. Las fluctuaciones en los mercados internacionales, cambios en políticas económicas globales y factores climáticos pueden presentar obstáculos.
Sin embargo, una planificación estratégica sólida, la diversificación de riesgos y la adaptabilidad a las condiciones cambiantes permitirán a los inversores mitigar estos desafíos y aprovechar las oportunidades incluso en entornos volátiles.
La Sostenibilidad como Motor de Éxito:
Un enfoque clave para el éxito a largo plazo radica en la integración de prácticas sostenibles en las estrategias de inversión.
Las industrias que priorizan la sostenibilidad no solo cumplen con las demandas del mercado actual, sino que también se posicionan para liderar en la próxima era económica.
La inversión en tecnologías limpias y procesos ecoeficientes no solo contribuirá al bienestar del planeta, sino que también generará confianza y lealtad entre los consumidores y socios comerciales.
El escenario económico en México para el año 2024 es prometedor y lleno de oportunidades emocionantes.
La construcción, agroindustria, farmacéutica y química, así como la manufacturera, ofrecen terrenos fértiles para el crecimiento y la innovación.
La inversión inteligente y estratégica, combinada con un enfoque en la sostenibilidad, asegurará un futuro económico sólido y próspero para aquellos dispuestos a actuar con decisión.