La discriminación es un factor que, desgraciadamente, no ha conseguido ser derrotado en muchos ámbitos.
Las mujeres pelean por igualdad en sus trabajos, los afroamericanos y latinos porque se les considere iguales, en un país que dice ser incluyente, entre otras situaciones.
Pero existe otro tipo de discriminación que, sin saberlo, se vive diariamente y se sufre peor que muchos otros tipos de discriminación: el acceso al agua.
Este problema, afecta en su mayor parte, a los lugares de bajos recursos de muchas ciudades, como es el caso de la Ciudad de México, la cual presume de tener recortes de agua cada cierto tiempo, afectando a los sectores que, tal y como se mencionó anteriormente, no mantienen los recursos suficientes como para sustentar una vivienda, dentro de una zona de clase media-alta.
La economía.
Pero la economía no es el único incentivo a éste problema, también lo es la geografía. A nivel mundial, las zonas que sufren de mayor discriminación, soy países de pobreza o que se encuentran en guerra, mientras que, en México, podemos remontarnos a colonias de bajos recursos –en cualquier parte de la República-, las cuales son las más afectadas por verse marginadas de lo urbano.
Pese a que aquellos factores pueden motivar la mala distribución del agua, no es una excusa para impedir que las personas de bajos recursos o de zonas poco próximas a las ciudades, se vean exentas del derecho de tener agua potable, así como de tener una mejor calidad de vida.
No obstante, ésta situación no se ha visto ignorada, pues existen organizaciones civiles que, a través de donativos, adquieren las herramientas necesarias, para mejorar el estilo de personas de bajos recursos, alrededor del mundo, ya que, al final del día, el agua es un derecho de todos.
